ALBERTO ABREGO
MEDELLIN
Cuelga el paraíso
Límite a la inmensidad
Este follaje de ojos ilumina y es iluminado
Milagro de la imagen lluviosa
Sobre la estación reverdecida.
La contemplación hace su tarea,
Me instala: soy todo lo que miro, piel y médula
Espacio sumado a lo que vendrá ciudad con futuro ya nacido.
No persigo inmortalidad
Ni fama en estos versos
Yo sólo escribo
Mi bosquejo de
Mi voz que ya te extraña
La noche me dicta estos versos
Para hacerlos solo tuve que recordar tu belleza
En un atardecer en llamas que reverdece,
Cumbre lejana que se toca
Con solo contemplar tus casas y tu gente
Permíteme encender unas palabras para caminar la noche
En tu sabiduría pulida por el tiempo
Con mi amigo que te grita
¡!Que lindas son tus mujeres!!