CARLOS ALBERTO VALLE SÁNCHEZ
 
Un Canto a la Vida y al Amor
 
     
 
 
 
 
   
 
 
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EPIFANIO MEJÍA


Epifanio Mejía nace en el año de 1838 en el municipio de Yarumal en el norte de Antioquia, región que fue testigo de la derrota de los españoles en la Batalla de Chorros Blancos, liderada por José María Córdova.

La infancia del poeta transcurre en la finca del Caunce, este ambiente natural influye profundamente en su sensibilidad.

Recibe una educación escolar escasa, su aprendizaje será esencialmente bajo la autoformación y la lectura.

En el auge de la colonización antioqueña a mitad del siglo XIX, se expande el sentimiento de buscar nuevas y mejores opciones de vida.  En el año de 1855 Epifanio Mejía debe desplazarse con su hermana Hersilia a la Villa de Medellín.  Allí se vinculará a las labores en la tienda de su tío paterno, Fortis Mejía.  De esta época son sus primeras composiciones juveniles dedicadas a sus familiares.

En el año de 1858, compone un poema con motivo de cumplir sus veinte años.  Ya es conocido en el medio por sus versos, asiste a las tertulias y a los ambientes familiares donde es bastante apreciado.

El general Tomás Cipriano de Mosquera entra a Medellín como gobernador provisorio de Antioquia a finales del año de 1862.  Su presencia perturba la situación social.  Epifanio está entre sus opositores y en varias ocasiones hace referencia en sus poemas a los acontecimientos y hechos ocurridos durante la administración de Mosquera.

A raíz de la muerte de su padre en el año de 1863 ocurrida en Sopetrán, el poeta debe asumir la responsabilidad del hogar.  Mientras tanto la situación política se vuelve crítica.  Se desata la guerra civil en Antioquia, Pedro Justo Berrio dirige el movimiento en el norte de Antioquia.  Los sucesos de estas batallas son cantados por Epifanio Mejía en su poema “Antioquia o la Mano de Dios”.  El triunfo de las fuerzas de oposición conlleva a la elección de la gobernación de Pedro Justo Berrío.

El canto amoroso de Epifanio, está motivado por el encuentro con quien sería su esposa, Ana Joaquina Ochoa.  Célebre matrimonio en el año de 1864, de esta unión nacerían doce hijos.  En este período de paz y tranquilidad el poeta reúne su primera colección de versos bajo el nombre de “Crepúsculos y Auroras”, firmadas con el seudónimo de Emilio.  Su popularidad le deparó la publicación de sus versos en “El Oasis”, “El Álbum”, “La Sociedad”, “El Estado”, “Revista Antioquia”, “El Índice”, “El Hogar”, y la “Restauración”, editados en Medellín.  Publica también en otras ciudades, Bogotá, en el “Iris”, “El Rocío” y “El Heraldo”, Manizales, “Ecos del Ruiz”, Popayán “El Aura” y en “El Valle” de Cúcuta.

La revista “El Oasis” publica en 1868 “El Canto del Antioqueño”, cuya fama empieza a extenderse hasta su musicalización a cargo de Juan Yepes, quien le dio a la letra un carácter universal a través de su versión musical.  Durante la época de la Guerra de los Mil Días, Roberto Meza realiza una nueva adaptación musical.  Finalmente, en el año de 1932, Gonzalo Vidal pone música a algunas de sus estrofas, las mismas que fueron oficializadas como el Himno de Antioquia en el año de 1962.

La plenitud poética de Epifanio Mejía se remonta al año de composición del “Canto del Antioqueño”, por la aparición en esa misma época de sus más elaboradas poesías: “La Tórtola” y “La Muerte del Novillo”.

A finales de los años setenta se presenta la primera crisis de salud del poeta.  Su ensimismamiento lleva a la recomendación de su traslado a Yarumal en el año de 1870.  Hay una ligera mejoría e incluso acepta el nombramiento de Notario Suplente del Circuito de Yarumal en el año de 1882.  Al año siguiente su estado mental se deteriora, vaga solitario y delirante por el campo y por las calles.  Por este motivo vuelve a ser internado en el hospital.

Medellín goza de un desarrollo social y económico fruto de la acertada administración de Pedro Justo Berrio quien muere en el año de 1875, su muerte afectará al poeta Epifanio Mejía.  Una nueva guerra civil se desarrolla al año siguiente.  El poeta estará lejos de esa realidad, su enajenación va en aumento.

En 1878 el doctor Juan Clímaco Arbeláez se opone a la reclusión del poeta, e insiste para que Epifanio retorne a Yarumal.  Allí permanecerá hasta 1884 conviviendo con su madre Luisa Quijano.  En este período recopila en su legajo la mayoría de sus poesías.

La perturbación es ya casi definitiva, se opta como solución, la reclusión en el manicomio.  El poeta habitará las diversas casas mentales hasta su permanencia definitiva en el Hospital de Bermejal, que fue inaugurado en 1891.

Epifanio Mejía recibe numerosas visitas de amigos e intelectuales.  En 1893 Juan de Dios Uribe motiva una campaña para buscar recursos que conlleven a un tratamiento especial para el poeta, la motivación fue grande, pero a raíz del destierro del Indio Uribe, la campaña se disuelve.

Epifanio Mejía muere el 31 de julio de 1913 en medio de la nebulosa que cubrió su alma y su mente.  Más allá de su soledad, otra soledad lo esperaba.  Serenamente entró a esa otra realidad sin montañas, pero perfumada con la libertad que no pudo respirar en vida.

Un factum de muerte a sitiado a los poetas colombianos: accidentes, suicidios, demencia, asesinatos. Las poéticas ambiciosas que estaban por consagrar fueron malogradas por la muerte.