CARLOS ALBERTO VALLE SÁNCHEZ
 
Un Canto a la Vida y al Amor
 
     
 
 
 
 
   
 
 
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LA MAÑANA BLANCA

Aquel día en que a la mañana la rizaba,
Venía de madrugada y por mi ventana
Se asomaba y se quedaba.
Y venía sola con su túnica y cobija
La mañana blanca,
La mañana blanca que siempre sonreía y me veía.
Y tenía un cordel para anudar su trenza
Que caía siempre blanca y húmeda
En su pectoral de plata,
La mañana blanca que siempre me veía.

De su alforja o de su falda
Sacaba un verso y a veces me leía,
Y luego se mezclaba con la luz del día,
La mañana blanca que siempre sonreía.

Un día olvidé besarla y olvidé ponerle
Su cairel al día,
Y la noche me prendió en su jauría.

Esperé impaciente mientras la tristeza
Su mueca extendía.
Más no volvió a posarse en mi ventana
Ni a cruzar la esquina.

Ya no me quería la mañana blanca,
La mañana blanca que siempre sonreía.