RAMIRO LAGOS
EL CAFÉ
Yo le canto al café que mas me quema
y a quien lo vende amargo, yo lo reto,
pues es amarga el alma del cafeto
y azucarado el don de mi poema.
El café no es sirviente del sistema
que lo lleve a venderse, es el soneto
que me levanta el ánimo, e inquieto
me inspiro en su calor, y voy al tema:
Tomo el café con ella...azucarada
la cucharita, que me abrió la entrada
a su dulzura y a su amor respondo
Y sin mas amargor ante la bella,
cremoso me lo tomo hasta que ella
lo siente dulce y caliente al fondo.