JAHEL GUZMÁN VÉLEZ
URRAO
Cruzando muchos caminos
se llega hasta mis montañas,
después de romper barrancos,
subir lomas escarpadas,
mirarle a la tierra el vientre
en tan profundas cañadas,
que debieron dar a luz
el milagro de mi patria.
Patria chica, ¡paraíso
escondido de mis ansias;
razón de la vida misma!
¡cuando todo ya nos falta,
porque tu voz es un grito
que estremece la montaña
y se convierte en canciones
cuando está llorando el alma!
Dulce tierra labrantía
de mis sueños y añoranzas,
que forjaron montañeros
bravos y de pura casta,
que a golpes de hacha y machete,
resignación y constancia,
le dieron forma a tu cuerpo
sobre la piel de la patria.
Tierra de bravos y machos,
de arrieros de mis montañas,
que con un Cristo en el pecho
y Don Quijote a la espalda,
fueron surcando caminos
en medio de la esperanza,
tocando horizontes nuevos
para darle forma al alma.