CARLOS ALBERTO VALLE SÁNCHEZ
 
Un Canto a la Vida y al Amor
 
     
 
 
 
 
   
 
 
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LA CASA DE "EL VOLCÁN"

En el alma siempre llevo
la huella de algún camino,
que está soñando caricias
y está reclamando olvido.
Siempre hay un ayer lejano,
un hoy con afán vivido,
nostalgia de lo que fue,
sed de lo que se ha tenido.

Un declinar entre sombras,
un amanecer furtivo,
flor que muere con el sol,
retoño que brota altivo,
cascabel de manantiales
que ahogando su sonido
en el cristal de sus aguas,
Lllora lo que ya se ha ido.

Porque sin que yo lo quiera,
la sangre me forma ríos.
Hay tempestad y hay amor,
hay nostalgia y hay delirio,
y siempre llevo en el alma
la huella de algún camino
que está soñando caricias
y está reclamando olvido.
Casita de mil colores,
paisaje sutil y leve,
a recordarte se atreve
mi pobre alma abandonada.
Fuiste feliz alborada
que despertó mis antojos,
cuando en tus claveles rojos
dejé el alma enamorada.

Hoy recuerdo tu maizal,
y tu cafetal florido,
tu cañaduzal y tu río,
que me hizo siempre soñar.
Recuerdo tu manantial,
el color de tu plantío,
la enredadera que el frío
hizo en las noches llorar.

Es por eso que al mirar
tus muros ya derruidos,
lloro mis amores idos,
que nunca más volverán;
y por eso el corazón,
amargado y dolorido,
llora nostalgia y olvido
por mi casa de “El Volcán”.