EDMUNDO TORREJÓN JURADO
SÁBADO DE ESTAÑO
Hoy,
Sábado de estaño
De duda y de yareta,
Gris,
Vestido de escafandras.
A la vera
De siglos
De coca y de fatigas.
Me duelo ente social,
Trivial,
Advenediza
Alondra.
La nieve
Un estandarte
De fastos y cadenas.
La bocamina
Un averno
De polvo y de chicharra.
Los Andes,
y altiplano:
Premura acongojada
De diálogo y demanda
Con un señor de lides.
En tu bogar lamero
Te exalto respetuoso:
¡Hosanna!, dios minero.
Hoy,
Sábado de estaño
En éste viento-espejo,
pupilas hacia oriente -,
Me figuro
Aterido
¡Redimidos tus fueros!
De la ermita del tiempo.
Pero el limbo
¡No existe!
En tu apostar masacres.
Miscelánea
Tú entraña
Crucificada
Al carburo.
Tus pulmones
De ilota
Perdiendo en cada tajo
Su valor de abolengo,
Para transmigrarse:
En balance de bancos,
En diosas mercancías,
En truts,
En inversiones.
¡Oh!, el icono
¡Desprecio!
Del dogma de tu raza.
¡Ay! la verdadera
Despensa de tu vida.
¡El interrogar eterno
Grabado en las pupilas
De tus hijos de greda!
¡Loor!, tu honesto pan
Maná de pervivencia –
Adjudicado al temple
De tu estirpe de coca.
¡Salve!, dios minero,
Profeta
En las profundas
Placentas de la tierra.
Hoy,
Sábado de estaño,
Con un signo en la frente –
Quiero creer
Cabizbajo
Que esa tu cruz de puna
En el Gólgota-viento
Del albur y del sino:
Será una barcaza
excelsa,
Que arribará empinada,
A las inevitables dársenas
De la equidad del hombre.
Cuando el universo todo
Se transmigre en justicia,
Se redima a Caín
Y la poesía inunde
La sinrazón del rico,
Para perturbar
Sus fueros,
Para trasmigrar sus hielos:
¡En la sabia sonrisa
De un nido
De semillas!