EDMUNDO TORREJÓN JURADO
CASONA
Casona
De mi infancia:
¡Oh!, hierros
Que encendieron
El portal
Y las cunas.
Casona
De mi infancia,
Arcano de prosapias,
¡Hosanna! al intelecto.
Casona
De mi infancia,
Un himno
Hacia la ausencia.
Mensajero
De arcones
Hoy arribo a tu proemio.
Buceador de tinieblas
Indago al inventario
De las revelaciones.
¿Dónde el triunfo
Del fuego
Sobre
El hogar del tiempo?
¿Qué mies
Fue el sortilegio
Del afable apellido?
¿Qué voz
Inició
Al núbil nombre
En su primer calvario?
Hoy,
Enmudecido
Acudo a la colmena.
(Un caudaloso ayer
Nutre un mar
Actual
¡Y por demás
Presente!)
¿Cuántas viejas
Dádivas
Iluminan
Pérgolas
Con su pregón de estíos?
¿Y qué canción
De umbrales
Dignifica cunas
En los durazneros?
Habitantes
Del alba
Con su son
Lejano
Ostentando mieles
¡Oh!, el pan
De la alegría.
Glicinas que entretejen
Leyendas y sahumerios.
La voz del emparrado
difuminando siestas,
Tertulias y antesalas.
Albor.
Trinar.
Orar.
Geranios carmesíes.
Deidades al acecho.
¡Oh!, taumarquía
Y rito
El zaguán del resumen.
¡Incienso de las fuentes
Con el agua de hinojos!
Mensajero
De arcones,
Hoy,
Enmudecido
Comulgo unos salones.
E hilvano mi heredad
A marcos despiadados,
Donde
Impíos
Y lejanos
Daguerrotipos
Laten.
Enarbolando órdenes
Destinos
y proclamas,
Burilados
Por nuncas,
Negativas
Y amnesias.
¡Ay!, con esta dura
Codicia de relojes.