Montañas carnosas
De lujuriosos manjares;
Templos sodomitas
De tentaciones carnales;
Voluptuosidades
De erectos encantos,
Que permanecéis
Erguidos o caídos
Y frente al sexo
Mostráis pecho,
Póstreme a tus
Frágiles cimientes
Cual adorador fiel,
Centinela de tan
Magnánima elevación.
Dormir al calor
De la sombra
Que emana
Tu regazo;
Cuando al terminar extasiado
Entre gemidos y susurros
Busco caer en
Blanda mortaja que asesina.
¡Rendido… el cuerpo
Busca su aposento!
Como adorador fiel del
Néctar de tu corpiño,
Entrego los labios,
Succiono y en leve caricia…,
En suave masaje…,
Encuentro el sabor onírico
De la esperada excitación
Absorbiendo un nuevo
Hálito para vivir;
Y seguir atado
A ellos como un niño.
Desde la cumbre
De tan rojiza areola
De dulce sabor alpino,
Lanzo exorbitando los deseos
Dejándome caer para penetrar
En lo más intimo
De la excitación extrema;
Lánzome al vació
Donde solo el vaivén
De la respiración
Me despierta del letargo
Y vuelvo a sentir la suavidad
Que me aprisiona
Y con un beso…
Me duermo en su regazo….