Dormito en las sombras
Omniscientes de tu imagen
Refulgente en las sombras de la luna,
Y camino en busca de los esquivos besos,
Aquellos que nos hemos negado.
De los abrazos perdidos
Que permiten aspirar la fragancia del amor
Y el efluvio de la pasión.
Pienso en la penumbra
En el aroma de tu olor carnal,
Pienso en las noches en que con ansias
Me entregas tu amor y devoras mis sentidos;
Y sueño… Sueño…
Sueño en los besos que con pasión terminaron
Acrisolando nuestras almas y
Emanando quejidos perdidos
En la soledad de la ferviente noche;
Quejidos fusionados con los sonidos
Y canticos de la naturaleza,
Cual orquesta sinfónica del paisaje nocturnal;
ellas aventuras de juventud,
Plagado de recuerdos a escapes lujuriosos
En la soledad del campo
Y cubiertos con el manto celestial;
Iluminados por estrellas centelleantes
Que danzan alrededor de una luna esplendida
A punto de estallar.
¡Todos cantando y danzando al ritmo del amor!.
Y…
Al concluir esta dulce cantico
De único diapasón
Y…
Después de bailar
La danza de la pasión.
Jadeantes celebran
Los acompañantes nocturnales
Todos nuestros deseos carnales
E imploran a Eros y a Venus,
A Cupido y a Afrodita
El volver a vivir una noche
En que perdure el derroche
De vil tentación
De lujuria y de placer,
De amor y de pasión.