Soledad inefable amiga
Del que entre sollozos
Musita apesadumbrado
Callando el estar solo;
Voz que clama en el silencio
Un grito de compañía
Y la tristeza del sentirse abandonado.
Canto al abandono
Del que se entrega a la mendicidad,
Canto al abandono
Del ser que aun amado
Rechaza olvidando el pasado
Implorando una despedida.
Canto al abandono
Y la sordidez de la acelerada ciudad
Que lentamente y sin tropiezo lánzame
Al deseo de un ermitaño más.
Canto al abandono
Del que entrado en años y postrado
Al lecho de muerte
Aun no sabe a qué atenerse.
Cuantas y cuantas veces
Aun en medio de la felicidad,
¿Hemos de sentirnos solos?...
¿Cuántas veces creemos
Que la vida se ha terminado?...
Esta soledad que debilita el alma
Y me sume en la tristeza,
Deja huella imborrable
En las tribulaciones
De una vida apasionada.
Es la tristeza, es la insignificancia
De una triste vida efímera y pasajera,
Que redobla este sentimiento que agobia
Y enluta los sentidos hasta hacerlos
Perder en la desesperación,
Y lo incitan al borde de la locura.
Es esta vida triste y pasajera,
La que sin sentido
En un relampagueo se termina.
Son eones y eones perdidos,
Que solo quedaran en el olvido
Después de unas generaciones más.
¡Vaya!, que chasco es la vida,
Pregunto me entonces ¿entre la soledad
Tristeza que mas es la vida?