ACROSTICO AL SER AMADO
Regalo que Dios mando a la tierra
Un plácido día, para calmar mis penas;
Tienes en tu mirada la ternura que
Hace correr la sangre por mis venas.
Cada día despierto pensando en ti,
Elevando tu nombre hacia al infinito
Lugar en donde no se pueda alcanzar;
Encontrarte es el más hermoso sueño y,
No despertaré de el, sin saber que a tu lado
Estaré por siempre para saber lo que es amar.
Zurearé tu nombre, por siempre;
Unificando el tuyo, más el mío,
Lucharé hasta el final, siendo el
Umbral principal de mi existencia.
¡Amarte!, ¡que hermosa palabra!;
¡Ganarte!, ¡que dicha más grande!;
¡Admirarte!, ¡que jamás me falte.
|