A UNA MAESTRA
¡Mujer sublime!, mujer encantadora,
tu vocación de madre, maestra y guía,
te brota por los poros cual si fuera,
una fuente de agua cristalina.
Eres fuente del saber, siempre lo fuiste
y eso te llevó a ser maestra,
hoy culminas tu labor con regocijo
y te ves altiva y bien puesta.
Decirte hasta luego es decir poco,
para alguien que nos a dado tanto,
tu risa y tu alegría harán falta,
la compañía y la amistad que has demostrado.
Alza tu vuelo, ve con alegría,
porque lo tienes muy bien merecido,
hasta las aves al llegar la tarde,
por instinto… vuelven a su nido.