CARLOS ALBERTO VALLE SÁNCHEZ
 
Un Canto a la Vida y al Amor
 
     
 
 
 
 
   
 
 
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SORPRESA

Aquí tengo tu rebozo,
el que dejaste aquel día
sonriente y con alborozo,
cuando yo te pretendía.

También dejaste tus guantes
los de fina  cabritilla,
delicados y elegantes,
Oh! deliciosa chiquilla.

así fue que  descubrí,
que tú serias mi amante;
cuando encontré tu sombrilla
de verde y café marrón,
al pie de mi ventanilla
…en un lujoso  salón.

ví sonrientes tus zapatos
de pura satisfacción,
también estaba contento
tu brillante cinturón.

Y que decir de tu falda
que era de color caoba
reposando en un sillón.
como haciéndose la boba,

hablando ya de tu blusa
no quiso ser una intrusa,
se quedo en el corredor,

también mire tu sostén
amarrado allí en un clavo
y que regocijo me dio
divisarlo así colgado.

Mi corazón se volcó
al latir con dulce agrado
y me quede allí perplejo…
así, como ensimismado

Pensaba solo en tus besos,
como bien enamorados…
juntitos y muy felices,
y fuertemente abrazados.

Feliz me sentí embriagado
al llegar a mi aposento
para tenerte,  en mis brazos,
gozando  ya de tu aliento.

Y sentir con embeleso,
todo el candor de tu cuerpo;
con avidez, abrí la puerta,
con júbilo de contento

y ¿cual seria mi sorpresa?
que al entrar ya presumido
a refugiarme en mi  pieza

y al oír caer el agua
y comprender con tristeza
que solo estabas tomando
un baño de ligereza.