CARLOS ALBERTO VALLE SÁNCHEZ
 
Un Canto a la Vida y al Amor
 
     
 
 
 
 
   
 
 
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LEO ZELADA

TEMPLO DE LAS MANOS CRUZADAS

I

frío, glacial, exacto
se comprimen en aros de papel mis nervios
cantata de oboes
apuntando al nefasto
orden del estío
sinfonía de fuego
anulando la esencia sacra de las cosas


II

y
deliro
y violentos dragones
serpientes-cactus
me lanzan sus llamas
por el sendero del halcón
que posa su rapiña incólume en mis ojos
góticas columnas
punzan la fobia intratable del suicidio
e ingreso al templo
me dirijo al retrato oscuro del niño
ya estoy harto
mi nombre es Belcebú —¡oh Jesús!
y derramo mi semen
sobre su hermosura


III

el temor ha cesado
la luna conduce ahora mi mente
y me he tornado en la iguana
que cava su tumba en el delirio