ANGELA PENAGOS LONDOÑO
ALDEBARÁN
Leve perfume
entre el recuerdo
y la locura.
Es el emir de la estrella Aldebarán
fugado ahora
de mi abrazo.
Es el umbral
de juio.
Es la alucinación
-infimo espacio de afectos-
dejada en la butaca.
Es la visión
de los
días.
En el fondo de mi pozo
hay madrigales
nuevos.
Bajo el apacible olor
de limoneros.