I
¡Pues bien!, yo necesito
Decirte que te adoro,
Decirte que te quiero
Con todo el corazón;
Que es mucho lo que sufro,
Que es mucho lo que lloro,
Que ya no puedo tanto,
Y al grito que te imploro
Te imploro y te hablo en nombre
De mi última ilusión.
II
Yo quiero que tú sepas
Que ya hace muchos días
Estoy enfermo y pálido
De tanto no dormir;
Que ya se han muerto todas
Las esperanzas mías,
Que están mis noches negras,
Tan negras y sombrías,
Que ya no sé ni dónde
Se alzaba en porvenir.
III
De noche cuando pongo
Mis sienes en la almohada,
Y hacia otro mundo quiero
Mi espíritu volver,
Camino mucho, mucho
Y al fin de la jornada
Las formas de mi madre
Se pierden en la nada,
Y tú de nuevo vuelves
En mi alma a aparecer.
IV
Comprendo que tus besos
Jamás han de ser míos;
Comprendo que en tus ojos
No me he de ver jamás;
Y te amo, y en mis locos
Y ardientes desvaríos
Bendigo tus desdenes,
Adoro tus desvíos,
Y en vez de amarte menos
Te quiero mucho más.
V
A veces pienso en darte
Mi eterna despedida,
Borrarte en mis recuerdos
Y huir de esta pasión;
Mas si es en vano todo
Y mi alma no te olvida,
¿Qué quieres tú que yo haga
Pedazo de mi vida?
¿Qué quieres tú que yo haga
Con este corazón?
VI
Y luego que ya estaba
Concluido el santuario,
La lámpara encendida
Tu velo en el altar,
El sol de la mañana
Detrás del campanario,
Chispeando las antorchas,
Humeando el incensario,
Y abierta allá a lo lejos
La puerta del hogar...
VII
¡Qué hermoso hubiera sido
Vivir bajo aquel techo.
Los dos unidos siempre
Y amándonos los dos;
Tú siempre enamorada,
Yo siempre satisfecho,
Los dos, un alma sola,
Los dos, un solo pecho,
Y en medio de nosotros
Mi madre como un Díos!
VIII
¡Figúrate qué hermosas
Las horas de la vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
Por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
Mi santa prometida,
Y al delirar en eso
Con alma estremecida,
Pensaba yo en ser bueno
Por ti, no más por ti.
IX
Bien sabe Díos que ése era
Mi más hermoso sueño,
Mi afán y mi esperanza,
Mi dicha y mi placer;
¡Bien sabe Díos que en nada
Cifraba yo mi empeño,
Sino en amarte mucho
En el hogar risueño
Que me envolvió en sus besos
Cuando me vio nacer!
X
Esa era mi esperanza...
Mas ya que a sus fulgores
Se opone el hondo abismo
Que existe entre los dos,
¡Adiós por la última vez,
Amor de mis amores;
La luz de mis tinieblas,
La esencia de mis flores,
Mi lira de poeta,
Mi juventud, adiós!