Fue’ en invierno e’ madrugada en la estancia la tardales
Un caldero bien llena’o se quejaba en el fogón
Despidiendo voladoras nubecillas vaporosas
que enseguida se perdían en doliente contorsión
seme oculto entre las sombras del rincón más apartao
como huyendo yo del mundo por que el mundo me ahuyentó
triste solo un perro viejo, se lamía así una herida
fresca y roja que en la riña por un hueso recibió
y a los vivos resplandores de los leños encendidos
se podían contemplar 2 potencias infinitas
2 de aquellos que nos dejan
2 paisanos, ya canosos en profundo meditar.
Tan profundo era el silencio, que reinaba en el ambiente
Que uno al otro se escuchaba el latir del corazón
Y al pasar por sus gargantas el clásico mate amargo
Delataba de sus vidas una enorme condición.
Su facón…el viejo Bruno desenvaina de repente
Proponiéndose una brasa para el pucho levantar
Cuando siente que una mano temblorosa lo detiene
Mientras quiebra aquel mutismo la palabra de pomar.
-Como se parece, Como se parece su facón a otro sabe
Pero…no ha de ser el mesmo, de seguro guárdelo
Y ya que trae otro igualito,
voy a contarle la historia que está escrita en mi facón
nunca…nunca a nadie la he contao
por temor que descubrieran que buscaba
ansiosamente pa’ clavar un corazón.
Yo tuve amigo un hermano al que quise con locura
al que todos apreciaban con muchísima razón
un buen día lo encontramos muerto!
Tirao’ en el cruce de un camino
Y en su pecho clavao hasta el mango ese facónl.
Lo mato un desconocido que se fue
Huyo de miedo, por que cuando supe aquello por Jesús se la juré.
Nunca lo hallé siendo mozo, pa’ que sirve
Ya estoy viejo…soy maceta, cuantos diablos! Cumpliré...
-Bueno amigo! dijo el otro después de que escucho el relato
Y chocaron sus miradas en la cenia oscuridad
-el facón que encontraron en el pecho de su hermano fui yo
fui yo quien lo clavo un día por salvar mi dignidad!
sí, yo lo he muerto! Pero como matan los criollos!
frente a frente, sin ventajas
cara a cara, corazón a corazón,
venga, venga cumpla su venganza que me está buscando a yo
y a traviese mis entrañas con la hoja de su facón.
-Como? Con que fuistes vos, Con que fuistes vos
Dijo el otro con fiereza,
Pero viendo la cabeza blanca y gacha de su amigo
Rompe el alma en 2 pedazos y la arroja en el fogón
-venga, venga, venga, amigo un fuerte abrazo pa’ cumplir mi juramento.
Y a los vivos resplandores de los leños encendidos
Vi rodar por la mejilla de los viejos un lagrimón.