HERNANDO ARDILA GONZÁLEZ
NI CON UN PETALO
Permíteme
por ahora
En cada tristeza tuya
escribir un pensamiento
En cada lágrima
Escribir una proclama ...
En cada golpe
escribir un Verso
Permíteme
por ahora
en tu laberinto de soledad
escribirte un poema
Un día
Con el alba ya muy cerca
El papel
se Quedará en blanco
no habrá más solidarios poemas
Mujeres habrá
con la piel desnuda de agravios
Ojalá te sigamos sin temores ...
ojalá te sigamos, ojalá
No se apaga su canto
su alma de poeta se despoja
de las amarras de su continente
Para qué cuerpo yerto
Cuando el alma quiere volar
para agitar los versos rebeldes
esperanza de los pueblos
como banderas flamean
agitadas por vientos huracanados
que viles murallas
jamás han Podido detener
Para qué cansado corazón
si cada verso tiene un propio palpitar
en la Voz de infinitos corazones ávidos de contenidos
que fundamentan la razón de existir
Para qué unas manos congeladas
si las letras que fluyeron por ellas
Corren al olimpo eterno para coronar de gloria
A los pueblo Libres,
triunfantes,
para siempre Soberanos
Para qué el balbuceó
si un coro inagotable
En los cuatro horizontes
canta al maestro que nos ha Dado
Su obra por bandera
Para Que tristeza y llanto
si su poema, es un canto rebelde
convocando las Luces de lo posible,
no entonarlo en plural
es profanar el altar de la libertad
abdicando genuflexos a la Misión
Se Fue el maestro
Antes que el, Se fueron otros
Después de él... otros más
ora por Misión cumplida
o por Misión abruptamente truncada
por especímenes de pieles de Sedas
y cabezas de oro
pretenciosas de brillar
más que nuestro amado Sol
¿Entonces es el fin de la Historia
En la perspectiva de la poesía?
o nos alamos como guerreros
Que se levantan en palabras
para notificar desde los versos:
Pueblo
ha muerto Benedetti
¡El poeta vive!