ABELARDO CANO
JUAN PABLO II, EL PEREGRINO
Con tus sandalias de pastor divino
Casi un siglo por el mundo caminaste
pregonando el evangelio con gran tino
Y donando el rosario a cada instante.
Cada paso que diste por el mundo
Enseñando tu voz, con experiencia.
Esperanza dejaste en lo profundo
Y el mundo se llenó de tu sapiencia.
Fuiste el peregrino insigne de la historia
Y aunque en Roma no sales al balcón
Porque ya tu ventana está en la gloria
Desde allí nos abrazas con tu Dios.
Tu manto protector nos sigue cobijando
Los gobernantes tu ejemplo seguirán
Tus consejos estarán iluminando
Al hombre ansioso que no te olvidará.