Un día Jueves, por cierto, Una noche de junio, para se exactos, del  año dos mil siete, en Itagüí , para ser concretos. Unos amigos, amigos  por la poesía, para más señales, amantes de la cultura, por encima de todo, enamorados de toda manifestación artística, claro está nos sentamos en la Rotonda del C.A.M.I,  en sillas, lógico, a leer un rato poesía, en lugar de tomar licor y hablar trivialidades. Empezamos leyendo los poemas de Silva, libro que nos regaló el Concejal “Techo” y desde aquel día y desde aquella noche nuestro tertuliadero  se volvió un hecho y cada quince días, los jueves por la noche, religiosamente nos seguimos reuniendo. Fueron llegando más amigos y otros que traían esos amigos, “crecía la audiencia” con las escalinatas de Jorge Salamea. Nos prestaron teatro, los de la “Barca de los Locos”. Hicimos de la “Demanda” del caratejo Vélez toda una presentación artística de su poesía y fue la obra del poeta Ciro Mendía
La bebida con la que nos embriagábamos los Vates. Cada quince días se nos unían nuevos artistas: declamadores de oficio y de corazón, trovadores de profesión y de vocación, cantantes espectaculares de antaño, unos a capela y otros con pista a su amaño. Todos actuando y participando por los aplausos sólo con el fin de promocionar la cultura. En una de esas tertulias se nos apareció el alcalde quería saber personalmente de qué se trataba esto, pero le gusto tanto este “parche” que se animó a declamar una linda poesía que se llama “Me echaron del puesto”. Además nos prometió para apoyar nuestra tertulia nos editaría un libro la administración municipal,
un libro que reuniera las poesías de los poetas de la  Rotonda Cultural.
Y su promesa la cumplió, tal como lo prometió, por ello aquí les estoy presentado el primer tomo.